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El armario de los recuerdos

La dicotomía dentro/fuera en “Trilce XV” de César Vallejo

Cezanne Danielle Nieves Flores


Recuerdo aquella tarde en que visité un café y me encontré en una mesa alejada. La persona que solía ocupar la otra silla ya no estaba, se había ido. En medio de ese lugar y de esa soledad que transitaba por mi cuerpo, sentí nostalgia por aquellos días idos, por aquellas memorias con un hombre al que solía decirle “te quiero”. Entraba y salía de mis recuerdos, como en una puerta que aparecía frente a mí y que decidía enfrentar.

¿Qué habrá provocado todo eso en mi interior? Estaba tan ensimismada en las imágenes que venían a mi memoria que no noté el momento en que mi café se enfrió. Salí de la realidad para entrar en mi mente y volver a vivir aquel romance perdido. ¿Alguna vez has experimentado algo igual?

Un sentimiento parecido ya había sido escrito por el gran poeta peruano César Vallejo1 en su obra Trilce (1922) específicamente en el poema XV, en el cual volver a un rincón provoca en la voz poética un alejamiento de la realidad y una profunda tristeza por la ausencia de un ser amado. Pareciera que el espacio en el que nos encontramos nos redimensiona y por ello propongo el siguiente proyecto de escritura: revisar el espacio como una frontera entre estar dentro y estar fuera en el poema citado. Para ello, parto de las ideas de Gastón Bachelard en Poética del espacio (2000) y de Mercedes Izquierda Galindo en “El mundo de la pareja en Trilce” (2010). Cada espacio tiene un efecto en nosotros. Recordar es uno de ellos. La fuerza de su efecto nos llevará a una dicotomía del adentro y el afuera.

La naturaleza del hombre que vaga solitario por este mundo lo lleva a iniciar la búsqueda de la dualidad. Dicha búsqueda es proyectada principalmente en la pareja, la cual una vez encontrada da inicio a la magia. Los amantes caminan juntos explorando cada rincón de la Tierra y cada lugar al que asisten juntos comienza a tener una gran significación. ¿Qué sucede cuando volvemos a esos espacios y la persona que solía estar a tu lado ya no está? Parece despertarse un vacío acompañado de diferentes emociones que nos apartan de la realidad.

Tales ideas son desarrolladas por Cesar Vallejo (1892-1938) en “Trilce XV”, poema publicado en 1922 y que junto con otros poemas integran Trilce, obra vanguardista por excelencia.

Curiosamente este poema ya había sido escrito en 1919 bajo el nombre de “Sombras”. En esta primera versión se menciona a Otilia Villanueva, la mujer que más amó Vallejo en Perú y cuyo romance terminó de manera trágica.

De manera breve, observamos en el poema el regreso de la voz poética al lugar donde fue feliz con su novia. Ahí recuerda su relación, sus noches de intimidad, su feliz cercanía y los días de verano que pasaron juntos, hasta que en medio de sus recuerdos siente una gran conmoción. El retorno de la voz poética a ese espacio juega un papel fundamental en la significación de este poema. El intenso efecto del espacio en la voz poética lo lleva a entrar en su interior y salir del exterior. Va más allá del sentimentalismo de un viejo noviazgo.

El romance de la voz poética es sólo un punto de partida. Él ha vinculado a su amada junto con el amor y el cariño que se tenían a un lugar determinado. Encontrándose nuevamente en ese lugar es que comienza a sufrir una confrontación entre la felicidad de sus recuerdos y la realidad de la ausencia.

Para empezar, hay que comprender que el espacio, es decir, el rincón de los amantes, es un elemento del plano de la expresión que nos remite a un pasado y la repetición en el poema lo vuelve un aspecto fonotemático y fonosimbólico.

Son significativas las reflexiones de Gastón Bachelard quien afirma que el rincón es un lugar de ensueño, de intimidad, de memoria, como una especie de armario de recuerdos; un espacio donde la ensoñación se profundiza, donde habitan los recuerdos guardados por los seres y por las cosas que ahí han vivido y que finalmente se revelan en la memoria e imaginación de quien los habita.

Por tanto, el rincón amado2 refleja un pasado de unión destruido en el hoy, porque el hecho de que la voz poética se encuentre en ese lugar provoca que su mente haga el ejercicio de recordar lo que ahí vivió, lo que se traduce después en una profunda tristeza. Para mí, el rincón es un vehículo que deja atrás el ahora para entrar en la memoria de la voz poética y ahí, en completa intimidad, este pueda revivir su romance.3 El espacio sigue ahí, pero lo que allí se vivió ya no existe. Sólo puede evocar las imágenes de su amada. Incapaz de tocarla o de verla nuevamente.

El efecto que posee el rincón en la mente de la voz poética es lo que nos lleva a pesar en una dicotomía del estar adentro y estar afuera. Hay un contraste entre el recuerdo y la realidad. Dos espacios que se crean a partir del rincón. Por un lado, “el dentro” significa atravesar una abertura hacia un lugar interior, que en este caso corresponde a la mente de la voz poética. La acción de introducirse en su mente se representa con la imagen de la puerta: “Son dos puertas abriéndose cerrándose, /dos puertas que al viento van y vienen” (v. 16-18).

Teniendo en cuenta que “la puerta es un cosmos entreabierto, donde se acumulan deseos y tentaciones, la tentación de abrir” (Bachelard, p. 193), entonces la voz poética abre las puertas de su plano mental y se vuelve espectador de sus recuerdos.

No obstante, la puerta ofrece la misma acción de vuelta, “el afuera”, que es partir de un lugar a otro, la acción opuesta, que sucede al mismo tiempo. Ya que, como argumenta Bachelard, el rincón permite al soñador salir del espacio físico para viajar al imaginario. De modo que la voz poética abandona la realidad y se introduce en sus recuerdos.

A mi parecer, el poema es un constante entrar y salir de esas puertas, pues en ocasiones la voz poética será consciente de sus memorias y en otras se centrará en lo diferente que es su presente.4 Un loco vaivén donde la imagen de la amada se sigue proyectando. Dentro o fuera de él la sigue sintiendo en un constante ir y venir. Entra y sale experimentando el contraste entre lo que fue y lo que ahora es su relación.

No quedan nada más que sombras. Sombras que reflejan lo que un día fueron, dos personas enamoradas que compartían un rincón en la tierra. Un espacio seguro, inmóvil e íntimo donde podían expresar su amor. Mas nada es para siempre y ahora uno de los amantes vuelve a reencontrase con aquel rincón y al verse solo viaja por los confines de su mente para revivir la figura de la que alguna vez fue amada. Sufre por su ausencia, pero jamás hay que equivocar ese lugar, pues siempre será un lugar amado.

En conclusión, el espacio de los amantes se traduce en una dicotomía de lo adentro y de lo afuera, donde la voz poética entra y sale de su memoria, recuerda y olvida lo que alguna vez fue su relación, debido a que el rincón es un espacio que facilita la ensoñación y los recuerdos. Por tanto, la voz poética al retornar a ese rincón amado no tiene más opción que sufrir el efecto de abrir el armario de los recuerdos, entra en ellos, ve su perfección y luego sale de ellos para encontrarse con una dolorosa realidad y nuevamente decide regresar a ellos, en un contante circulo vicioso.

Concibo pues al rincón como el límite entre el plano de los recuerdos y el espacio físico por el que se mueve la voz poética, que busca volver a habitar el espacio libre de todo sufrimiento y de toda ausencia. El amor acabó, ella no volverá, ni aquellos días de verano ni aquellas noches de íntima lectura. El único consuelo que le queda a la voz poética son las imágenes de su memoria. Imágenes que recordará y olvidará por siempre.


Notas

1 César Vallejo es considerado uno de los mayores innovadores de la poesía universal del siglo XX y el máximo exponente de las letras en Perú.

2 De acuerdo con Izquierda Galindo, “el rincón y la cuja son los espacios que en el presente se cubren de nuevos sentidos para el ‘yo’: la amada atrapada en ellos en una presencia pasada, sigue proyectándose en los mismos espacios en una ausencia presente” (2010, p. 174).

3 Un romance poco encaminado hacia el deseo sexual, puesto que es “una amada especializada en la memoria de un modo erótico (el acto de lectura entre tus tiernos puntos) y que va plegándose entre las cortinas de la ausencia (poca y harta y pálida)” (2010, p. 174).

4 Habría que tener en cuenta también las aportaciones de Izquierda Galindo: “El ir y venir temporal absorbe el entrar y salir del sujeto amado que va deshaciéndose en el tiempo, extendiéndose a elementos sin movilidad; por esto, el poeta intenta perpetuar la presencia con el espacio y la materia (rincón y cuja), pero estos también se mueven (fue sacada, o tal vez qué habrá pasado)” (2010, p. 174).


Bibliografía

Bachelard, Gastón (2000). Poética del espacio. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Izquierda Galindo, Mercedes. (2010). “El mundo de la pareja en Trilce”. Cartaphilus. Revista de investigación y crítica estética. Número 8, pp. 171-192. Recuperado de https://revistas.um.es/cartaphilus/article/view/112841.

Vallejo Moncloa, Francisco (ed.) (1968). Obra completa de César Vallejo. Lima: Francisco Moncloa Ediciones.


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