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Cosmovitral

Armando Parvool Nuño

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El Cosmovitral —considerado el más grande del mundo— se encuentra en un hermoso edificio estilo art nouveau que se construyó como parte de las acciones conmemorativas del Centenario de la Independencia, para ser utilizado como mercado. Al estallar la Revolución Mexicana, y por otras eventualidades, el mercado 16 de Septiembre fue inaugurado hasta 1933. Funcionó por aproximadamente 40 años y, cuando fue reubicado en un espacio más amplio, el destino del edificio se resolvió a favor del vitral diseñado por el artista mexiquense Leopoldo Flores, quien plasmó en él la confrontación eterna entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, la dualidad de ángeles y demonios.

La sección del vitral más conocida es la que representa al Hombre Sol, que recibe al visitante con la belleza de su significación plástica y filosófica. La obra se llevó a cabo entre julio de 1978 y julio de 1980, con una superficie de 3,200 metros cuadrados de vitral elaborado por un equipo de artesanos encabezado por Bernabé Fernández, bajo la dirección del autor del concepto y su diseño.

Desde el punto de vista técnico el Cosmovitral asombra por su serena perfección y por la calidad de su factura. Enclavado en un impresionante edificio comenzado en 1908 bajo la manufactura de la Compañía Fundidora de Aceros Monterrey, incluye 75 toneladas de estructura metálica y, ya con el vitral, 45 toneladas de vidrio soplado, 25 toneladas de cañuelas de plomo y 500 mil fragmentos de vidrio, distribuidos en 30 mil secciones y dotados de 28 colores diferentes.

Sin embargo, el Cosmovitral no es solamente una obra de arte, pues constituye también un espacio de convergencia entre la luz, el cosmos y la naturaleza, ya que enmarca un jardín botánico con ejemplares de cientos de especies procedentes de todos los continentes y varias fuentes.

También alberga una escultura dedicada a Eizi Matuda, investigador y biólogo japonés, quien tuvo a su cargo la Comisión Botánica del Estado de México y dedicó gran parte de su vida a la clasificación y al estudio de la flora local; puede apreciarse, también, la Linterna de la Amistad, monumento conmemorativo de la hermandad con Saitama, Japón.

Visitar el Cosmovitral significa aventurarse en un mundo de luz y vegetación, en una obra de arte completamente viva, que cobra diversos sentidos según los ojos de quien desea contemplarla.

España María José Mures Salvador Enríquez Eva María Medina

México Raúl Bañuelos Eugenia Colunga Teresa Figueroa Víctor Villarreal Velasco Alejandro Olivo Andrés Guzmán Díaz Ramón Valle Muñoz Luis Rico Chávez Rubén Hernández Hernández Rosa Irma Narváez Nieto Carlos Camacho Sandoval
Plástica Paulina García González Armando Parvool Nuño
Reseñas Verónica de María Snapshot