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Una oración americana por el Rey Lagarto

Jim Morrison, poeta

Julio Alberto Valtierra

La ceremonia va a comenzar

     Is everybody in?
                     Is everybody in?
                                Is everybody in?
                                           The ceremony is about to begin.
1

James Douglas Morrison nació el 8 de diciembre de 1943, en Melbourne, Florida, Estados Unidos. Jim Morrison murió el 3 de julio de 1971, en París, Francia.

El pasado 3 de julio se cumplieron 44 años de la muerte de Jim Morrison (James Douglas Morrison), una de las figuras más emblemáticas del rock de la década de los sesenta, quien debido a su papel como cantante del influyente grupo The Doors, a su polémica personalidad y, sobre todo, por el misterio que rodeó su muerte, se ha convertido en una verdadera leyenda, incluso para las nuevas generaciones, aunque muchos de sus admiradores, solo conocen su faceta de cantante e ignoran que Morrison también era cineasta y, sobre todo, poeta.

Jim Morrison

Morrison era un artista prolífico: con el grupo The Doors grabó 7 álbumes de canciones, la mayoría de las cuales escribió él; hizo giras y actuó en el escenario a través de Estados Unidos, Europa, Canadá y México; produjo 2 películas premiadas, grabó su poesía durante horas en un estudio y publicó tres libros, en ediciones personales financiadas por él. A través de todo ello manejó una imagen pública que alcanzó proporciones absurdas, la cual finalmente fue tan aplastante que lo orilló a abandonar la música para refugiarse en la poesía.

Un acercamiento a Morrison como artista implica un deslinde de sus tres grandes facetas: la del letrista-cantante de rock, la del cineasta y la del poeta, aunque las tres constantemente se retroalimentan y se reflejan unas a otras como en un juego de espejos.

Jim Morrison, el cantante y letrista de The Doors

La faceta de Jim Morrison como cantante y letrista del grupo The Doors es conocida por todos: él era “El Rey Lagarto”, “El político erótico”, “El chamán eléctrico”, “Mr. Mojo Risin”, el símbolo sexual del rock, el borracho que mostraba el miembro en el escenario, el drogadicto irreverente que, según sus canciones, quería matar a su padre y fornicar con su madre. ¿Pero cómo y cuándo nació esta oscura fama?

En el verano de 1965, después de abandonar la escuela de cine de la Universidad Católica de Los Ángeles (UCLA), Jim se trasladó a Venice Beach, al sur de Santa Mónica, donde se inició en el consumo de LSD, pastillas, marihuana, peyote y alcohol, y a pesar de que hasta aquella época su pasión por la música era prácticamente nula, sería en esta temporada cuando Morrison comenzó a fantasear con largos conciertos que su mente ejecutaba durante sus viajes de ácido. Y fue precisamente en este lugar donde tuvo un ataque de creatividad que lo llevó a escribir en pocos meses más material del que escribiría en el resto de su vida. A este ataque de creatividad poética el mismo Morrison le llamaba “la iluminación de Venice”.

Ese año hubo
una intensa visita de energía.
Dejé la escuela y me fui
a vivir a la playa.
Dormía sobre un tejado.
De noche la luna se convertía
en el rostro de una mujer.
Conocí al Espíritu de la Música.2

Las letras que escribió Morrison en el periodo de Venice están, en su mayor parte, sobreelaboradas, revisadas una y otra vez con verdadero oficio y paciencia. También es importante resaltar que en este periodo de iluminación Jim escribió los primeros borradores de sus piezas poéticas más importantes, en especial del poema “The Celebration of the Lizard” (La celebración del Lagarto).

A finales de 1965, Morrison se encontró casualmente en la playa con un excompañero de la Universidad de California, el tecladista Ray Manzarek. Jim le mostró algunos de sus poemas, pues creía que algunos podrían ser musicalizados. Manzarek le pidió que cantara algunos, así que Morrison cantó los primeros versos de “Moonlight Drive” (Paseo a la luz de la luna).

Nademos hasta la luna, uh huh
escalemos a través de la marea
penetrando la noche en que la
ciudad duerme para esconderse

Nademos fuera esta noche, amor
es nuestro turno para probar
aparcados junto al océano
en nuestro paseo a la luz de la luna.3

Ray quedó fascinado y le propuso a Jim formar una banda, que tras meses de pruebas integró a Robby Krieger en la guitarra y a John Densmore en la batería. Morrison propuso el nombre The Doors, inspirado en los siguientes versos de William Blake, autor de Las bodas del cielo y el infierno: “Si las puertas de la percepción fuesen depuradas, todo aparecería ante el hombre tal cual es: infinito” (If the doors of perception were cleansed, every thing would appear to man as it is, infinite).

Morrison estaba tremendamente influenciado por la literatura de Nietzsche, Blake y Rimbaud, por lo que las letras de sus canciones transpiraban los pensamientos de esto autores y sus obras; asimismo, sus composiciones se caracterizaban por sus poéticas letras llenas de rebeldía, de misterio, de sexo y de muerte.

Las letras de las canciones que Morrison escribió para The Doors reflejan las tensiones de la época, como el rechazo a la autoridad, el movimiento contra la guerra, la libertad sexual, el arte de vanguardia, pero curiosamente, son casi nulas las referencias a la cultura de las drogas, o al menos las escasas veces que las menciona no lo hace de manera evidente y directa.

En piezas como “The end” (El fin) Morrison logra exponer algunas de sus temáticas fundamentales y más recurrentes en su obra: el sentimiento de rechazo de toda una generación hacia la autoridad que ejercían los adultos, la fascinación por el sexo y la seducción por la muerte, temas que, en esta canción, se enlazan con el trágico destino de Edipo4 y se ejemplifican de la mejor manera en el siguiente diálogo:

Father Yes son. I want to kill you. Mother… I want to… fuck you. 5

Sin embargo, como letrista Morrison no se quedaba solo en estas temáticas oscuras y malditas, ya que, al igual que en su poesía, en sus canciones a menudo plasmaba, de una manera más refinada, elementos que evidenciaban su gran bagaje cultural, aunque lo hacía de una manera llena de metáforas, símiles y símbolos, en letras que en ocasiones no revelaban su significado a la primera oída o en una lectura superficial. Entender a Morrison a veces no era fácil, y para comprender lo que decía había que estar atentos y, en algunos casos, debíamos investigar, más allá de la canción misma. Por ejemplo, el significado de la canción “Hyacinth House” (La casa del Jacinto), del disco LA Woman (1971), durante muchos años yo no lo entendía, no sabía lo que Jim quería decir con la enigmática frase “Necesito un amigo completamente nuevo que no me dé problemas / Necesito a alguien y que éste no me necesite”. Pero un día, leyendo un libro de mitología griega me topé con el mito de Jacinto6 y Apolo y la canción cobró significado.

¿Qué están haciendo en la casa del Jacinto?
¿Qué están haciendo en la casa del Jacinto?
Para comparecer ante los leones en estos días

Necesito un amigo completamente nuevo que no me moleste
necesito un amigo completamente nuevo que no me dé problemas
necesito a alguien y que éste no me necesite

Veo que el baño está despejado
creo que alguien está cerca
estoy seguro de que alguien me está siguiendo, oh yeah

¿Por qué tiraste la sota de corazones lejos?
¿Por qué tiraste la sota de corazones lejos?
Era la única carta de la baraja que había dejado para jugar

Y lo digo otra vez, necesito un amigo completamente nuevo
y lo digo otra vez, necesito un amigo completamente nuevo
y lo digo otra vez, necesito un amigo completamente nuevo, el fin

De igual forma, en las canciones de Morrison los temas oscuros se entrelazan con lo cotidiano de una manera poética, como en la hermosa “Soul Kitchen”, donde Jim nos lleva al otro lado de la estética de The Doors. “Soul Kitchen” es un febril homenaje al pequeño restaurante Olivia’s, ubicado en la esquina de Ocean Park y Main, en Venice, que a mediados de los sesenta estaba regenteado por una obesa mujer negra. A él solía acudir Morrison en su época de estudiante de cinematografía en busca de comida buena y, sobre todo, barata. En su sencillez, las bellas imágenes de la canción resultan más descriptivas que narrativas.

Bien, el reloj dice que es la hora de cerrar, ahora
supongo que será mejor que me vaya, ahora
pero realmente me gustaría quedarme aquí toda la noche
los autos pasan reptando llenos de ojos
las luces de la calle comparten su incandescencia
                                           difusa y hueca
el cerebro se te bloquea con paralizadora sorpresa
todavía queda un lugar a donde ir

Algo aguarda en la calle y es algo que nadie desea: la soledad, el sentimiento de desarraigo y extrañeza que caracteriza a las grandes urbes –otra de las constantes temáticas en las canciones de Morrison. Luego, el cantante nos deja ver al objeto de sus afectos en un espléndido juego de metáforas que mezclan tanto imágenes del restaurante como imágenes indiscutiblemente femeninas y eróticas.

Déjame dormir toda la noche en la cocina de tu alma
entibia mi mente junto a tu amable fogón
sácame de aquí y vagaré, nena
tropezando en las arboledas de neón

A continuación, Morrison hace un breve y hermoso elogio de la propietaria de Olivia’s, una robusta negra que hacía maravillas en la cocina, el cual engarza con un, también breve, recuento de los estados de ánimo que lo invaden al comer allí. La sencillez y profundidad de estos versos resultan bellamente arrebatadores.

Bien, tus dedos tejen rápidos minaretes
hablando en secretos alfabetos
enciendo otro cigarrillo
aprender a olvidar
aprender a olvidar7

”Soul Kitchen”, una de las más bellas canciones que Jim escribiera, demuestra que Morrison también estaba interesado en un reflejo más inmediato de las cosas, aunque ésta constituya casi un caso de excepción frente al resto de su obra lírica. Este tipo de letras no volvería a aparecer de forma tan pura hasta el disco LA Woman, el cual representó otro elogio descriptivo de altísima y profunda sencillez del Morrison escritor de canciones.

Al final de su etapa como cantante, la imagen de rebelde, borracho y drogadicto, las etiquetas de “El Rey Lagarto”, “El político erótico”, “El chamán eléctrico”, y otras que le habían colgado los medios de comunicación y el público terminaron por hastiarlo; sin embargo, el mismo Morrison contribuyó ampliamente para ser visto de esta manera.

“Un concierto de The Doors es una reunión convocada por nosotros como entretenimiento dramático. Cuando actuamos participamos en la creación del mundo y lo celebramos con la gente. Se convierte en una escultura integrada por cuerpos en movimiento. Eso es política, pero nuestro poder es sexual… quizás se nos podría llamar políticos-eróticos. Somos una banda de rock and roll, una banda de blues, una banda. Pero eso no es todo; hacemos conciertos políticos-sexuales. El sexo empieza conmigo, luego se extiende en un círculo mágico hasta los músicos y después la música sale del escenario e incluye a la audiencia. Ellos van a casa y se conectan con el resto de la realidad. Así que este fenómeno sexual funciona como una gran bola de fuego”. 8

Jim creía que un concierto de rock era una especie de ritual en el que él debía asumir el papel de líder y conducir el espectáculo hasta confines que nadie podía predecir. En la etapa final de su conversión como guía de multitudes, Morrison se apoyó en la figura de los chamanes, o brujos de las tribus norteamericanas, quienes mediante el uso de ciertas sustancias alucinógenas, especialmente el peyote, entraban en un estado de trance con el fin de pasar a ser los intercomunicadores entre el mundo real y el de los espíritus. En The Lords: Notes on Vision (Los Señores: notas sobre la visión),9 Jim escribió:

“El chamán dirigía la sesión. Un pánico sensual, intencionalmente evocado por las drogas, cánticos, bailes, lanza al chamán hasta el trance. La voz cambiada, movimiento convulsivo. Actúa como un loco. Estos profesionales histéricos, escogidos precisamente por su inclinación psicopática, fueron apreciados en otro tiempo. Mediaban entre el hombre y el mundo del espíritu. Sus viajes mentales establecían el punto crucial de la vida religiosa de la tribu”.

Jim Morrison se convirtió en un verdadero fenómeno de masas y era idolatrado por un amplio sector del público, sin embargo, en 1969 ya aborrecía con toda su alma la frívola etiqueta de sex-symbol que los medios de comunicación le habían colgado y, para poder apartarse de esta imagen, comenzó a descuidar su aspecto y a ganar peso. Solo parecía apreciar todavía su rol de “chamán”, a través del cada vez más grotesco papel de “El Rey Lagarto”.

En una línea de su poema “The Celebration of the Lizard” (La celebración del Lagarto), que se incluyó en la cubierta interior del tercer álbum de The Doors, en 1968, Waiting for the Sun, Jim Morrison escribió:

I am the Lizard King, I can do anything. 10

“The Lizard King” sería el personaje o alter ego que Morrison creó y del que se valdría para difundir sus pensamientos en escena. Sin embargo, el personaje de “El Rey Lagarto” iría más allá de la elemental representación escénica, siendo utilizado por el cantante como método para exorcizar sus temores y sus frustraciones, así como justificación para renunciar a su primitiva inmovilidad durante sus primeros conciertos. Como “El Rey Lagarto”, Jim bailaba, se contorsionaba, se lanzaba sobre los espectadores de las primeras filas y se sumergía en un estado instintivo durante el espectáculo. Los fans pensaron que Morrison se refería a él mismo como “El Rey Lagarto” en lugar del alter ego ficticio que había creado. El apodo pegó duro y a partir de entonces sus seguidores comenzaron a adorarlo como el nuevo Mesías del rock, o por lo menos como un chamán.

Después de un tiempo, Ray Manzarek, John Densmore y Robby Krieger añadieron música al poema y lo interpretaron varias veces en vivo. Parte de la letra del poema se utilizó en la canción “Not to Touch the Earth”, del disco Waiting for the Sun. La versión completa de “Celebration oh the Lizard” apareció en el disco Absolutamente en vivo, en 1970.

Posteriormente, Morrison habría de abordar este tema en su poema “Power”:

Puedo hacer que la tierra se detenga en
su rotación. Hice
desaparecer los autos azules.

Puedo hacerme invisible o pequeño.
Puedo volverme gigantesco y alcanzar las
cosas más lejanas. Puedo cambiar
el curso de la naturaleza.
Puedo situarme en cualquier parte del
espacio o del tiempo.
Puedo convocar a los muertos.
Puedo percibir acontecimientos de otros mundos,
en mi mente interior más profunda
y en la mente de otros.

Puedo.

Soy. 11

Presionado por la popularidad de su imagen distorsionada por los medios y por el público, Morrison, víctima de sí mismo, se puso voluntariamente a merced de quienes lo veían como una amenaza. La posibilidad de liderazgo que le ofrecía el escenario se convertiría, lamentablemente, en un aquelarre en donde él mismo se ofrecería como sacrificado.

Jim Morrison

En marzo de 1969, durante el fallido concierto ofrecido en el Dinner Key de Miami, Morrison protagonizó uno de los incidentes más lamentables en la carrera de The Doors. Durante la presentación Morrison apenas pudo interpretar un par de canciones ya que la mayor parte del tiempo se la pasó insultando y provocando a los espectadores, fingió mostrarles el miembro y simuló masturbarse, por lo que el espectáculo fue cancelado y, posteriormente, Morrison fue acusado y enjuiciado por blasfemia, obscenidad y embriaguez.

Después de este incidente, los promotores les cancelaron los contratos y el grupo tuvo pocas ofertas para tocar en vivo. Fue entonces cuando The Doors recibieron la invitación para presentarse en México por parte de Mario Olmos, un joven promotor, y Javier Castro, miembro del grupo Los Castro, que además era dueño de un centro nocturno conocido como El Fórum (hoy desaparecido), con capacidad para mil personas.

En efecto, aunque a muchos hoy les pueda parecer increíble, The Doors tocaron en la Ciudad de México, durante una breve temporada de cuatro noches (28, 29, 30 de junio y 1 de julio de 1969), en un ambiente totalmente ajeno a quienes eran entonces su verdadero público, pues el Fórum era un centro nocturno para adultos de las clases acomodadas.

James Douglas Morrison, el poeta

A pesar de haber protagonizado varios incidentes lamentables y bochornosos arriba del escenario, Jim Morrison seguía siendo un rock-star, un ídolo de multitudes. Pero James Douglas Morrison se describía a sí mismo como un hombre de palabras. Más que célebre y adulado cantante de rock, pretendía ser ante todo poeta y escritor de cine. Pero mientras su puesto como estrella del rock se consolidaba, su valor como poeta “auténtico” siempre fue negado.

Un don de ignorancia,
de autoengaño pueden ser
necesarios para la supervivencia
del poeta.

Favor público
fervor público
Hasta el amargo Poeta-Loco es
          un payaso
pisando las tablas.12

James Douglas Morrison deseaba ser aceptado como un artista serio y, además de haberse dedicado a algunos proyectos relacionados con el cine, publicó tres libros: The Lords: Notes on Vision (Los Señores: notas sobre la visión) en 1969; The New Creatures (Las nuevas criaturas), en 1969; y An American Prayer (Una oración americana), en 1970.

Póstumamente, aparecieron dos libros con poesía de Morrison, la mayor parte de ella inédita: Wilderness: The Lost Writings of Jim Morrison (Soledad: los escritos perdidos de Jim Morrison), en 1988; y The American Night: The Writings of Jim Morrison (La noche americana: los escritos de Jim Morrison), en 1990.

En el caso de su producción poética, Morrison se transforma y asume este papel con toda seriedad. Para Jim la poesía era una actividad casi sagrada, un oficio que había que practicar y perfeccionar. Morrison trabajaba mucho en sus poemas; los cortaba, les agregaba y los fundía unos con otros. Los borradores eran corregidos, revisados y copiados a mano de una libreta a otra. El proceso para un solo poema en ocasiones podía extenderse durante varios meses e incluso años y media docena de libretas.

Para conocer la importancia que Morrison le daba a la poesía basta recordar que él siempre se describía a sí mismo como un hombre de palabras.

Siempre seré un hombre de palabras
mejor que un hombre pájaro. 13

El hilo constante de la vida de Jim fue escribir. Para el verano de 1971 había escrito más de mil 600 páginas de poemas, anécdotas, epigramas, letras de canciones, ensayos, cuentos, bosquejos para obras de teatro y guiones cinematográficos, sin embargo, ninguna página fue fechada, numerada o identificada cronológicamente.

Frecuentemente abstracta, a menudo cubierta por metáforas, símiles y símbolos, a veces carente de un tejido conectivo evidente, la poesía de Jim nos enfrenta con imágenes y texturas audaces que no están dispuestas a revelar su significado en una lectura superficial. Con frecuencia sus poemas son oscuros, por lo que tenemos que confiar en que el poeta hizo a propósito el caparazón difícil de quebrar. Para penetrar en los poemas de Morrison tenemos que dejar atrás nuestras nociones preconcebidas de lo que debe ser un poema y debemos abrirnos a lo que estos poemas son: audaces, anticonvencionales, experimentales, difíciles y sorprendentes.

En el próximo número de www.agora127.com hablaré acerca del trabajo de Jim Morrison como poeta: la génesis de su obra, sus libros publicados, sus temas recurrentes, etc.

Este texto forma parte del libro Jim Morrison, poeta (una oración americana por el Rey Lagarto). Análisis temático de la poesía de James Douglas Morrison que próximamente será publicado por Editorial Olvido.

Notas

1 “¿Están todos dentro? La ceremonia va a comenzar”. Fragmento de La celebración del Lagarto, poema de Jim Morrison publicado en el interior de la funda del tercer disco de The Doors, Waiting for the Sun (Esperando al sol), Elektra Records, 1968.

2 Morrison, Jim (1991). Wilderness: The Lost Writings of Jim Morrison (Soledad: los escritos perdidos de Jim Morrison). México: Lasser Press Mexicana (p. 65).

3 Canción “Moonlight Drive”, del segundo disco de The Doors, Strange Days, Elektra, octubre de 1967.

4 Edipo era un rey mítico de Tebas, hijo de Layo y Yocasta que, sin saberlo, mató a su propio padre y desposó a su madre. La referencia más antigua del mito de Edipo se encuentra en La Odisea, en el capítulo “Evocación de los muertos”. Allí, Yocasta, su madre, marcha a la morada de Hades a purgar el incesto, mientras Edipo, aunque con contratiempos, sigue reinando sobre los cadmeos de Tebas. Sófocles trató el tema de Edipo y sus descendientes en tres obras, Edipo Rey, Edipo en Colona y Antígona. En psicoanálisis, este mito inspiró a Sigmund Freud su teoría del complejo de Edipo. En términos generales, Freud define el complejo de Edipo como el deseo inconsciente de mantener una relación sexual (incestuosa) con el progenitor del sexo opuesto y de eliminar al padre del mismo sexo (parricidio).

5 (Padre./ Si hijo./ Quiero matarte./ Madre…/ Quiero…/ Follarte.) “The end” (El fin), canción del primer disco de The Doors, Elektra, enero de 1967.

6 En la mitología griega, Jacinto (en griego antiguo Ὑάκινθος o Hyákinthos, latinizado como Hyacinthus) era un héroe divino, hijo de Clío y Píero, rey de Macedonia, o del rey Ébalo de Esparta, o del rey Amiclas, también de Esparta. Su culto se estableció en Amiclas, donde se ubicaba su tumba, a los pies de la estatua del dios Apolo, que se remontaba al periodo micénico. Jacinto era la divinidad tutelar de uno de los principales festivales espartanos, las Jacintias, que se celebraba cada verano. El festival solía durar tres días, un día para llorar la muerte del héroe divino y los otros dos para celebrar su renacimiento. Según el mito, Jacinto era un hermoso joven amado por el dios Apolo. Él y su amante estaban jugando a lanzarse el disco el uno al otro, cuando Apolo, para demostrar su poder e impresionar a Jacinto, lo lanzó con todas sus fuerzas. Jacinto, para impresionar a su vez a Apolo, intentó atraparlo, pero fue golpeado por el disco y cayó muerto. Otra versión del mito añade que el responsable de la muerte de Jacinto fue el dios del viento Céfiro. La belleza del muchacho provocó una disputa amorosa entre Céfiro y Apolo. Celoso de que Jacinto hubiese preferido el amor de Apolo, Céfiro desvió el disco con la intención de herir y matar a Jacinto. Sin embargo, mientras agonizaba, Apolo no permitió que Hades, el dios de los muertos, reclamara al muchacho; de la sangre derramada del joven hizo brotar una flor, el jacinto. Según la versión de Ovidio, las lágrimas de Apolo cayeron sobre los pétalos de la flor y la convirtieron en una señal de luto. En otras versiones Céfiro tiene una forma física y en castigo Apolo lo convierte en viento para que no dañe a nadie más. Según la leyenda más difundida, Jacinto se convirtió, al morir, en la flor que lleva su nombre.

7 “Soul Kitchen”, canción del primer disco de The Doors, Elektra, enero de 1967.

8 López, Andrés (1997). Jim Morrison & The Doors. Valencia: La Máscara (p. 102).

9 The Lords: Notes on Vision fue el primer libro publicado por Jim Morrison y sobre él se hablará más adelante.

10 Soy el Rey Lagarto, puedo hacer cualquier cosa.

11 Wilderness… p. 29.

12 Ib., pp. 187 y 201.

13 Morrison, Jim (1992). The American Night: The Writings of Jim Morrison. México: Lasser Press Mexicana (p 36).

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