Logo

Elías Mondragón: un corazón generoso

Luis Rico Chávez


Elías Mondragón nació en Huetamo, Michoacán, en 1941. Aunque desde niño se afincó en Guadalajara, sus raíces nutren su vida y su obra, perceptibles desde los paisajes de su terruño hasta las representaciones y símbolos que evocan la mitología tarasca. A los 21 años comenzó sus estudios en la Escuela de Artes Plásticas de la UdeG, y a la fecha la curiosidad y la inquietud propios de la juventud ansiosa de conocimientos siguen presentes en su espíritu, si consideramos la enseñanza como otra forma de aprendizaje.

Esta certeza toma forma desde el momento en que, como una muestra de generosidad, me recibe en su casa, espacio en el que a la vez tiene instalado su estudio. Casi al final de la sesión fotográfica para ilustrar esta edición, me muestra el tórculo. “Aquí es donde imprimo mis grabados”, me explica. “Apenas el sábado me visitaron otros grabadores interesados en conocer mi técnica para trabajar”.

Y mientras me muestra parte de su obra, repite la exposición sabatina. “Para ellos todo esto es nuevo. Ya no trabajan como yo; me parece que soy el último grabador”. Se percibe el entusiasmo por compartir sus conocimientos. Durante las dos horas que duró esta sesión, fue desgranando sus años de experiencia como artista y como mexicano, vertida a la vez en los grabados, los cuadros y los murales que se fueron desplegando ante mis ojos y la lente.

Aunque trabaja principalmente el grabado y pinta sobre todo óleos, lo primero que el visitante capta es el mural que ocupa todo el rellano de la escalera que lleva a su estudio. Y desde ese momento uno se da cuenta de la generosidad del artista y del hombre: ahí está su obra, sus conocimientos, sus experiencias, para que podamos admirarlos y disfrutarlos. Señala que emplea sobre todo las técnicas del aguafuerte, aguatinta, linóleo, madera (xilografía) y mixta (collages).

El amor por su país, sus tradiciones, su gente y, en particular, su familia, se revela a través de sus cuadros. Los temas resultan por demás elocuentes en este sentido. Retratos de sus hijas, en la adolescencia, él y su esposa el día de la boda, el autorretrato que pintó desde sus años estudiantiles; paisajes de su tierra natal. Su obra, cargada de simbolismos, transparenta sus convicciones: repudio a las injusticias y los abusos, el ideal de un mundo más habitable, censura contra la manipulación de los ricos, los poderosos, la iglesia…

2

La generosidad de Elías Mondragón se percibe desde que nos da la bienvenida. Abre las puertas de su casa y a la vez abre las puertas de sus convicciones y su arte. Una vivienda con el aire de lo mexicano, en particular en la cocina, en la que según sus propias palabras, pretende recrear una cocina típica del México rural.

Durante el recorrido por su casa y su estudio nos topamos con las paredes, tapizadas de cuadros, entre ellos una réplica de una última cena del siglo XIX. En el cubo de la escalera, el ascenso a su estudio es un mural atiborrado de imágenes y símbolos que representan la historia de México. Muestra, en primer lugar, el Templo Mayor y la constelación que dominaba el cielo nocturno en 1517, la época del arribo de los europeos a nuestras tierras.

Aparecen en ese espacio inicial una pequeña muestra del panteón prehispánico: Tláloc, Chalchiutlicue, Curicaveri, la principal deidad de los purépechas, representante del sol, así como una descripción gráfica de la creación del universo de acuerdo con la cosmovisión de los mayas.

Vienen enseguida las etapas históricas: la conquista, la colonia, la independencia, la guerra con Estados Unidos, la reforma, la revolución, el siglo XX… con sus correspondientes simbolismos y personajes: Gertrudis Bocanegra, Francisco de Vitoria, Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez, Ricardo Flores Magón, Cárdenas, Lombardo, la marca de los encomenderos sobre los indígenas, grabada a fuego. Las imágenes también representan la fundación de la Universidad de Guadalajara, el Instituto Politécnico Nacional, el Partido Comunista Mexicano, la Secretaría de Educación Pública, el Frente de Estudiantes Socialistas de Occidente…

Destaca sobre el dintel la representación de un tlamatinime (el que lo sabe todo), que señala el nacimiento de Venus y el universo.

3

Como cascada vienen las explicaciones, los detalles, las anécdotas presentes no solo en este mural, sino en los óleos y los grabados. Además de la historia, se capta la condición existencial del México actual. Son reconocibles incluso personajes específicos (expresidentes) y no nada más representaciones genéricas como el Tío Sam, el policía de la democracia. Estos elementos enfatizan los abusos de los poderosos, de los ricos, que amparados en ideales torcidos medran con la indiferencia del pueblo.

La religión aparece de una manera peculiar; por una parte, como representación de las creencias y tradiciones heredadas a raíz de la llegada de los europeos a nuestras tierras, y por otra, la explotación, manipulación y enajenación de la que hemos sido víctimas y que nos tiene hundidos en nuestra condición de pobreza y sometimiento.

Y el recorrido continúa pero el tiempo se agota. Una experiencia gratificante, una mañana provechosa que nos deja el buen sabor de ánimo de haber compartido unos momentos con un corazón generoso.


Jumb15

La bailarina...

Raquel Garod España


Jumb16

Anselmo

José Francisco Cobián


Jumb17

Peripecia

Jorge Fábregas


Jumb18

Paraíso interrumpido

Andrés Guzmán Díaz


Jumb19

El canto de las sirenas

Rubén Hernández Hernández


Jumb20

El encargo

Amaranta Madrigal