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Still life

Los Rolling Stones en los 80

Ramón Valle Muñoz

Oh no, not you again

Al momento de escribir esto The Rolling Stones dan fin a su tour 14 On Fire por Australia y Nueva Zelanda (1). Cincuenta y dos años después, los viejos y sabios Stones aún están ávidos por seguir de gira. Como siempre, se conjetura que será la última. Los que hemos seguido su carrera (o parte de ella) dudamos que esto sea cierto, los hemos visto volver una y otra vez; en lo personal siempre he creído que los viejos Stones morirán en la raya, sus raíces en el blues lo confirman: BB King, Buddy Guy, Muddy Waters, y en general los grandes intérpretes de blues han dado sus mejores trabajos a muy avanzada edad. En el ámbito blusero no se habla de retiro, el factor edad del músico resulta intrascendente. La vida y su devenir es la materia prima del género. Sin embargo, el entorno personal del grupo parece minar un poco mi confianza: Ronnie Wood ha sido internado varias veces en años recientes para tratar su alcoholismo y Charlie Watts parece recuperado de su lucha contra el cáncer de garganta; Jagger recién enviudó; sin embargo al anunciar la gira, todos se veían sonrientes y prestos a seguir en el camino por un buen rato. Ni que hablar de Richards, éste siempre ha manifestado su pasión por salir de gira y junto con Mick, desde mucho antes de la muerte Brian Jones, al tomar el control del grupo decidieron que los grandes tours serían una marca de los Stones. En cierta manera los Rolling Stones como su grupo, proyecto de vida y materialización de sus anhelos por trascender, colaboraron en convertir al rock en el género de música popular más influyente del siglo XX y parece que en el siglo XXI seguirá siéndolo. ¿Cuál es la razón de este éxito? Creo que el género se adelantó treinta años a la concepción de mundo globalizado, resultó un magnífico melting pot de razas, culturas y géneros musicales, además de representar un rompimiento generacional y fomentar una nueva actitud ante la vida.

Jump back

Doce trabajos conforman su discografía entre 1970 y 1979 (2): dos discos en concierto, seis grabaciones en estudio con material nuevo, tres recopilaciones y un disco de “rarezas”. Entre todo este material se encuentran nada más y nada menos que Sticky Fingers (1971) y Exile on Main Street (1972) y la canción cuyo título ha servido infinidad de veces para definir la nueva actitud vital de los músicos, del género y de la industria musical: It’s only rock’n roll (but I like it). Considerando únicamente los discos “en estudio” y para hacer más corto este salto para atrás, los clasificaré en tres grupos:

Sticky Fingers y Exile on Main Street son dos de los mejores trabajos en la historia del grupo, contienen al menos veinte canciones excelentes que reflejan la evolución musical y lo prolífico de la dupla compositora Jagger-Richards; si a esto se añade una excelente producción e independencia comercial, tendremos los factores que les darían el mote de The World's Greatest Rock & Roll Band y los establecieron como el modelo a seguir en cuanto a temática, elementos musicales e imagen, por los grupos de rock duro y glam surgidos en esos años. Ambos discos atraen desde la primera escucha, y en las subsiguientes proporcionan nuevos placeres auditivos: la potente voz de Jagger y los pasajes densos y oscuros marcados por los riffs y solos de Richards y Taylor en las guitarras, muestran al grupo en plan gandalla, cínico y corrosivo (“Sister Morphine”, “Turd on the run”, “Bitch” o “Happy”). Este magnífico momento que vivían los Rolling Stones es posible constatarlo en el vídeo Ladies and gentleman… The Rolling Stones, filmado en Houston y Fort Worth, Texas durante la gira de 1972.

Goat’s head soup e It´s only rock’n roll representaron en su momento, para muchos, el rompimiento con la impecable calidad lograda en sus álbumes de los años 68-72, pero con el tiempo han ganado el reconocimiento de la crítica y del público. Denostados en su época como trabajos débiles e inconexos, quizá al ser comparados con Beggar's Banquet o Exile on Main Street, no se les reconocía que marcaban un nuevo camino en su estilo con ritmos variados y la búsqueda de un equilibrio entre baladas pop, elementos soul, arreglos orquestales, teclados, instrumentos de viento (“Angie”, “Winter”, “Coming down again”,” Till The Next Goodbye”, “If You Really Want To Be My Friend”) y vigorosas canciones de blues, rithym and blues y rock. En ambos discos es notorio nuevamente el trabajo en las guitarras de Richards y Taylor (“It's Only Rock 'n Roll (But I Like It)”, “If You Can't Rock Me”, “Silver Train”, “Star Star”) mientras Jagger explota diversos matices vocales que van desde el susurro (“Fingerprint File”) hasta el grito de rabia (“Doo Doo Doo Doo Doo [Heartbreaker]”). Ambos discos son excelentes.

Para Black & Blue y Some girls los Stones contaron con la participación de su nuevo guitarrista: Ron Wood, quien vino a revitalizar musical y personalmente al grupo; su inclusión definió la manera de trabajar y el estilo que han seguido hasta la fecha. Su apoyo en la guitarra rítmica y su personalidad siempre han sido definidos por el resto de los Stones como catalizadores dentro del grupo y mediador entre los egos de Jagger y Richards y la pasividad de Wyman y Watts. Aunque su participación como compositor ha sido discreta, es posible percibir su maestría en solos de guitarra de pedal y slide inspiradísimos. Pero volviendo a la materia de los discos, el hilo conductor entre ambos trabajos son las canciones cuyo personaje central es la mujer: “Hey negrita”, “Melody”, “Crazy Mama”, “Cherry”, “Oh baby”, “Memory Motel”, “Fool to Cry”, “Miss you”, “Just my imagination”, “Some girls”, “Faraway eyes” y “Beast of burden”. Musicalmente Some girls es más crudo y rocanrrolero que Black & Blue, donde es notoria la influencia del reggae y el funk, pero también tiene canciones de buen rock duro como “Hand of fate” y “Crazy Mama”; el equilibrio viene con dos canciones lentas, rayando en el soul, “Memory Motel” y “Fool to cry”. En contraparte, cuando publican Some Girls se apropian de los estilos en boga: disco y punk, sobre todo este último en canciones como “Shattered”, “When the whip come down” y la enérgica “Lies”.

Algunos opinan que Some girls fue el último disco que de principio a fin no tiene canciones débiles, “redondo” como dicen algunos; desde mi punto de vista no es así, creo que los discos no sólo de los Rolling Stones sino de todo el rock, en los últimos 25 años se han publicado en condiciones dominadas por una gran oferta de grupos, géneros y formas de comercialización, mismas que determinan nuevos estándares para la valoración de un trabajo y que definitivamente pone en su justa medida el valor de los discos stonianos de la década de los ochenta.

El periodo 1980-1990 representa la masificación del rock como género musical y producto comercial, atrás quedaba la década en que el rock experimenta su primera fragmentación importante en subgéneros, dando cabida a la diversidad de formas de manifestarse que convergían en el rock: progresivo (Pink Floyd, Camel, King Crimson, Genesis, Rush), heavy metal (Black Sabbath, Deep Purple), hard rock (Led Zeppelín, The Who, Grand Funk), glam (Kiss, Queen, Bowie, T-Rex) y punk (Ramones, The Clash, Sex Pistols) con su dosis de anarquismo, hedonismo y politización. Estas vertientes derivaron en la diversidad más amplia de estilos, propuestas, formas y estética de los años ochenta: new wave, post-punk, techno, dark, gótico, electrónico, rap, breakdance, dark metal, new romantic y la world music. En cada uno de estos subgéneros surgieron grupos y solistas distintivos o representativos, que en su momento fueron proclamados como los mejores grupos de rock, tal es el caso de Police, The Cure, U2 o R. E. M.

Tatuaje emocional

Emotional Rescue fue publicado el 24 de junio de 1980, y a pesar de las fuertes críticas negativas alcanzó número uno de ventas en varios países, incluidos Estados Unidos y el Reino Unido. ¿A qué se debió esto? ¿No era acaso un trabajo que ponía en entredicho la genialidad de los Stones? El éxito, lejos de valoraciones estéticas, obedeció a límites musicales bien definidos en la producción orientada hacia una mayor cantidad de público, ya que combinaba letras atenuadas en su contenido con los géneros musicales en boga: disco, funk, electrónica, pop rock, reggae, country y soul. Los temas abordados por Jagger y Richards, están muy lejos de aquellas letras ligadas a la droga, el sexo o la violencia presentes en canciones como “Sway”, “Sister Morphine”, “Brown Sugar”, “Melody”, “Fingerprint File” o “When the Whip Comes Down”, por nombrar algunas.

Ignacio de Juan, en su libro sobre los Stones (3), nos da pistas sobre el entorno personal del grupo antes de las sesiones de grabación:

”¿Quién es el sujeto de este rescate emocional? Ellos simplemente. Mick Jagger (…) está discretamente colgado a pesar de la fama, el dinero y la intensa vida jet que le rodea. En su vida hay poco rock ’n’ roll. Estrictamente música clásica por las mañanas y después la neurótica manía del jogging. Todavía no tiene cuarenta años.

”Keith Richards (…) por fin, ha superado sus problemas (¿emocionales?) con las drogas duras. Durante los últimos años setenta ha estado sometido a innumerables tratamientos y demuestra una actividad extraordinaria musicalmente sublimada.

”Ron Wood (…) se había separado de su mujer (…) dos años atrás y la actividad musical le resultaba imprescindible. Lo mismo para el discreto Bill Wyman, del que [ya (4)] circulaban rumores sobre su separación del grupo (…). El único Stone bien tranquilo por el momento es Charlie Watts” (5).

Billy Wyman describe el ambiente dentro del grupo en ese entonces:

”El 1980 fue un año de inactividad poco prometedora para los Stones. Presentamos un álbum (…). Estábamos dispersos mental y físicamente, probablemente como reacción ante el hecho de haber estado juntos durante tanto tiempo. (…) Como dije, en esa época había poca unidad en la banda cuando no estábamos trabajando” (6).

En los años transcurridos desde su último disco, el Rock había evolucionado de una manera espectacular, el punk y la música disco irrumpieron con tal fuerza que a partir de esta década se crean innumerables disqueras independientes a fin de dar cauce a la gran cantidad de grupos ansiosos por darse a conocer; esto permitió grabar y comercializar su música, sin necesidad de verse comprometidos a buscar contratos con compañías grandes y asegurar ventas que dieran ganancias a todos los involucrados.

Piero Scarufi en su Historia del rock (7) enumera los mejores 100 discos de ese año, en primer lugar figura The River de Bruce Springsteen de la CBS, pero el 80% restante son trabajos de grupos alternativos publicados en sellos nuevos. Esta situación extramusical da inicio a una clara diferencia entre grupos del mainstream representados por aquellos que habían tenido éxito durante las dos décadas anteriores, y lo alternativo, conformado por grupos surgidos del punk, la electrónica y la música disco.

Para los seguidores, la crítica y algunos colegas, Emotional Rescue, además de ser un disco inconexo, comercial y oportunista, confirmaba la versión de que los Stones habían dejado de pertenecer a la vanguardia, para pasar a formar parte de los dinosaurios del rock. Bill Wyman se expresa al respecto (8):

“Trabajamos duro y adquirimos solidez, pero ni nuestra creatividad ni la tendencia general (con la llegada de los punks y del gran rock, ¡toda imagen y poca música!) nos permitieron declararlos como una buena temporada. El movimiento del rock and roll se sometió a un autoexamen y las bandas como la nuestra, nacidas en los años sesenta, tuvieron que soportarlo y tolerar burlas y denigración por parte de bandas más jóvenes que nos tildaban de dinosaurios”.

En resumen, este era el contexto en el que se dio a conocer el disco.

Emotional Rescue debería considerarse como un buen disco de rock, a secas, y la entrada del grupo al megamercado del entretenimiento. Sus más de quince años de carrera y un disco que, bueno o malo, representó un cambio en su estilo musical, permitieron a los Rolling Stones mantenerse vigentes de cara a una nueva década y de paso ampliar y mantener a su público. A pesar de que ni ellos estuvieron satisfechos con los resultados, Emotional… puede considerarse como un vínculo entre su estilo de vigorosas canciones heavy de rock y R&B de los setentas y la incorporación de una variedad más amplia de ritmos, como reggae, pop, soul y rock’ n’ roll, que sería el sello distintivo de sus canciones más exitosas de los ochenta.

Comparado con cualquiera de sus discos de los 60 y 70 definitivamente es inferior y respecto a otros discos de rock publicados en ese año, también está en desventaja, como por ejemplo ante Sandinista (The Clash), The Wall (Pink Floyd), End of the Century (Ramones), Back in Black (AC/DC), Remain in light (Talking Heads), Boy (U2), Double Fantasy (John Lennon), The River (Bruce Springsteen) o Scary Monsters (David Bowie).


El 25 de agosto de 1981 aparece Tattoo You. Al igual que su antecesor logra llegar a número uno en ventas y fue aclamado por el público y la crítica. Apoyado por una gira por los Estados Unidos exitosa y millonaria (en público y en ganancias), el disco se difunde en un entorno más favorable, lo que hizo retomar la confianza en el trabajo en conjunto a los miembros del grupo.

Tattoo You básicamente está compuesto de sobras, sólo tres de las once canciones que lo componen fueron grabadas originalmente en las sesiones para el álbum, siendo a final de cuentas las menos difundidas; el resto datan de los años 1972 a 1979, y en su momento fueron descartadas para aparecer en Goat’s head soup, It’s Only R&R, Black and Blue, Some Girls y Emotional Rescue. La producción permitió “actualizar” su sonido para hacerlo más accesible a los tiempos que corrían; esto dejó satisfechos tanto a sus nuevos seguidores como a los de siempre. Tattoo you revisita el sonido Stone de los setentas con sus canciones rápidas y enérgicas en la cara A, equilibrándolo las baladas lentas y emotivas del lado B.

Otro aspecto interesante es el diseño gráfico que revela el egocentrismo tanto de Jagger como de Richards que entonces comenzaba a exacerbarse y pondría al grupo a punto de la separación cinco años después. En la portada y contraportada aparecen “retratados” sólo ellos, y en los créditos del disco no se especifican los músicos adicionales participantes, entre ellos Pete Townshend, Nicky Hopkins, Sonny Rollins, Bobby Keys y Billy Preston. Jagger en alguna entrevista manifestó que si bien en el disco no figuraban los nombres de todos aquellos que participaron, él estaba seguro de que todos habían cobrado el dinero que les correspondía. Se cuenta que Mick Taylor al escuchar su guitarra en una de las canciones (“Tops”), inmediatamente solicitó a los músicos su parte de las regalías.

La disposición original de las canciones en el L. P. ha dado pie a la interpretación en el sentido de que, a partir del lado B de Tatoo You, los Stones abandonan el estilo que los había caracterizado y encumbrado en la corriente del rock para entrar de lleno en el terreno del pop. Esta interpretación no es del todo errónea, a muchos nos resultó difícil aceptar, de buenas a primeras y con el cuerpo sacudiéndose aún al ritmo de “Neighbours”, que en el lado B hubiera poco rock; dar la vuelta al disco y escuchar no un riff si no un tenue rasgueo a la guitarra y la voz en falsete de Jagger dando paso a una canción soul y de despecho, de entrada nos decepcionó a muchos. Con el tiempo he revalorado el lado B de Tattoo You y me parece extravagante la forma en que llevan al tope su gusto por las canciones lentas, experimentan en el estudio y se lucen con ejecuciones personales: voces con eco, sintetizadores, teclados, piano, solos de guitarra y de saxofón. Desde “Brown Sugar” hasta “Neighbours”, los Stones habían recorrido desbocados una década, era necesario un descanso y qué mejor punto final a esos años vertiginosos que el solo de sax a cargo de Sonny Rollins para cerrar el disco.


Tattoo You representa en la discografía Stone el fin de una época (9), atrás quedaban la idílica década de los sesentas y su virtuosa década setentera, de esos años dejaron como testimonio discos esenciales del género (Beggars Banquett, Sticky Fingers y Exile on Main Street). Para Piero Scaruffi en discos como Emotional Rescue y Tattoo You llevaron su ideología de “música para el cuerpo” al extremo y sólo preservaron las cualidades rítmicas del rhythm and blues. Sus composiciones perdieron su envoltura rítmica para disolverse completamente en el aliento y el sudor del movimiento. El culto al cuerpo y a los megaconciertos es posible comprobarlo en el documental Let’s Spend the night together de Hal Ashby y en el disco Still Life, en ambos los Stones derrochan energía, ritmo y movimiento sobre escenarios llenos de colorido. Era el ambiente de la gira 1981-1982 por los Estados Unidos.

Notas:

1. Culminó el 22 de noviembre de 2014 en Auckland, Nueva Zelanda. Esta escala por Oceanía es el punto final a una megagira que inició el 25 de octubre de 2012 en París, Francia; el motivo: 50 años de carrera y contando.
2. Get yer ya ya’s out (1970), Sticky fingers (1971), Hot rocks 1964-1971 (1972), More hot rocks [Big hits & fazed cookies] (1972), Exile on Main Street (1972), Goat’s head soup (1973), It´s only rock’n roll (1974), Metamorphosis (1975), Made in the shade (1975) Black & blue (1976), Love you live (1977) y Some girls (1978).
3. De Juan, Ignacio (1983). Rolling Stones 2. Barcelona: Ediciones Júcar. (Col Los Juglares 50).
4. El subrayado es mío. La separación se dio en 1992, pero entonces ya se sentía ninguneado, sus propuestas de incluir a ciertos artistas en la Rolling Stone Records fueron rechazadas por Jagger-Richards. Había iniciado además proyectos individuales como la música para la película Green Ice producida por Jack Weimer y un álbum como solista, titulado Bill Wyman.
5. P. 106, op. cit.
6. Wyman, Bill y Ray Coleman (1991). Sólo Rolling. Los Rolling Stones desde adentro. Barcelona: Grijalbo. (Hojas Nuevas. Serie Mayor).
7. Esta lista y otra información valiosa sobre el rock pueden ser consultadas en la página web http://www.scaruffi.com/music.html.
8. Wyman, Bill, op. cit., p. 41.
9. En 1981 se publica la antología Suckin’ in the seventies en la cual se reúnen algunos de sus temas más exitosos de 1975 a 1980.

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