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Liquidámbar de Carmen Villoro

Luis Rico Chávez


¿Qué nos sugiere el título de este libro de Carmen Villoro, publicado el 2017 por la editorial Mantis? Todos conocemos esta resina (ámbar), que pasa por un proceso que va del líquido al sólido y que, a lo largo de la historia, ha dado material a leyendas, mitos e historias que en ocasiones guardan su nota esotérica. Para la ciencia son fundamentales porque resguardan el testimonio de vidas pasadas (de bacterias, moluscos, insectos, arácnidos, aves, reptiles —como una lagartija y la cola de un dinosaurio— y hasta bichos acuáticos) que se remontan a millones de años. Y aun para la joyería dan un toque de elegancia y lujo, además de la famosa recámara de ámbar —la más cara de la historia de la humanidad— que fue obsequiada a los zares de Rusia, después robada por los nazis.

Ámbar líquido nos habla de un proceso, de un transcurrir de hechos y emociones que conforman una existencia.

La palabra en sí, un neologismo y una palabra compuesta nacida de la inspiración de Carmen Villoro, se explica a lo largo de los poemas que conforman este libro. En primer lugar se establece una relación o analogía con el árbol. Recordemos que el ámbar se origina en el líquido que secretan algunos árboles y ciertas leguminosas (Pinus succinifera, Hymenaea courbaril), así que esta es su relación directa (el ámbar que nace de un árbol). A la vez, el árbol adquiere un valor simbólico al ligarse con la genealogía: todos los poemas están dedicados al recuerdo del padre, a ciertos momentos de su existencia, a su carácter y, sobre todo, a la relación padre-hija que se estableció entre la voz narrativa y el personaje (el padre). Pero este aspecto genealógico va más allá de dos generaciones. El árbol genealógico nos remonta a los ancestros más lejanos y desconocidos.

Árbol y padre como elementos análogos representan la naturaleza y la vida, en las múltiples acepciones que les podemos atribuir (nótese que hablar de naturaleza y vida ya nos da material para tratados completos de exegética). Se relacionan, también, con la fortaleza, la quietud y la eternidad.

La dualidad árbol-liquidámbar representan una especie de tótem, el símbolo de la tribu, de la familia. Estos elementos (árbol y ámbar) se complementan: representa tanto lo fugaz (“el ciclo de las flores”, expresa la autora en un verso, simbolizando la vida) como lo permanente (“los frutos que perduran”, nos dice en otro, en alusión a los recuerdos, la memoria de los momentos que se atesoran).

En pocas palabras: liquidámbar se presenta en los poemas como el equivalente al árbol, que a la vez se convierte en la representación simbólica del padre.

La liquidencia es el estado
en el que algo, tal vez la luz
puede advenir.

Líquido es el amor,
líquido, el tiempo.

Como agua
fluye
si en la vigilia hay sueño.

Si consideramos el líquido como el estado inicial del ámbar, nos encontramos en un proceso que nos lleva a un fin. En este poema el proceso apenas comienza, y desde estos momentos primigenios ya se advierte el porvenir (luz). El amor y el tiempo (la esencia de la vida en el contexto de los poemas de Villoro) se encuentran en esta raíz, y conformarán la totalidad de la existencia, implícita en este proceso.1

El ámbar se transforma en el medio para preservar la memoria. Refiriéndose al ámbar, en un blog leemos lo siguiente: “[El ámbar] aporta un invaluable valor agregado a la ciencia trasladándonos al pasado, proporcionando conocimiento de la vida de hace millones de años”.2 De alguna manera esa es la esencia de los poemas que aparecen en la penúltima sección del libro, “Salimos de Etiopía”, en donde recoge las últimas palabras que Carmen escuchó de boca de su padre. Expresa en otro pasaje: “Traemos la memoria de la especie / tatuada en nuestra piel. / Somos la huella digital de todos / la sed que originó el camino”.

El tema de la memoria nos conduce a significados múltiples. Y eso lo expresa la autora al mostrarnos los recuerdos, en versos que podríamos considerar cubistas, con diversos matices:


Dame a mí la resina necesaria Dame a mí la resina necesaria
para entender el ciclo de las flores para entender el rito de las flores
los frutos que perduran los lutos que perduran
Página 22 Página 34


Re-signa-ción Re-signa-ción Re-signa-ción Re-signa-ción
re-signo re-signo re-signo re-signo
otro signo al dolor otro color al signo otro signo al dolor otro signo al color
otro color: otro dolor: otro color: otra dolencia
del rojo oscuro del ojo oscuro del rojo  
al ámbar. al ámbar. al ámbar más oscuro. líquida…
       
Liquidámbar. Liquidámbar. Liquidámbar.  
Página 17 Página 24 Página 29 Página 36

Los recuerdos involucran la totalidad de la existencia, o al menos aquellos fragmentos que consideramos vitales, incluidas las emociones y las circunstancias que conforman el ser que somos, transformándonos en el proceso que va del nacimiento a la muerte. En ese proceso descubrimos que la vida es múltiple, que se compone de matices infinitos, y si pretendemos recuperarlos por medio de la poesía, los versos obligatoriamente se transforman para representar esos instantes caleidoscópicos. La transmutación de los versos dota a los poemas de nuevos significados; como los sucesos que evocamos poseen una naturaleza proteica, requieren poemas infinitos para ser expresados.

Si bien el libro recupera y atesora el recuerdo de la relación padre-hija, su génesis es la muerte del padre. Pero este tema no aparece de manera extensa en los versos. Se entiende, eso sí, como un elemento natural del proceso de la vida, y al evocar las últimas palabras del padre la autora reflexiona sobre diferentes aspectos de la existencia, en particular sobre lo que somos como parte de la humanidad, de la especie, incluida su prehistoria y su historia. “La muerte da humanidad. […] Soy sólo un sedimento del mundo que existió en otra vida. Sólo una hija ante su padre muerto”.

La muerte, pues, es un elemento de la existencia: “Me contagié de muerte / cuando toqué tu herida. / Tus esporas de muerte se incubaron. / Me morí luego luego / después de tu silencio”.

Tú me diste la vida
y me diste la muerte.

Eres mi muerte más real.
Por ti la muerte existe.

Yo moriré completamente
de una muerte total
como la tuya.

Ahora creo en la muerte.

Es posible morirse:
tú lo hiciste muy bien.

Si tú puedes, yo puedo.

Antes de ti, la muerte era una idea
sólo palabra oscura.

Tú la hiciste presencia
la hiciste acto.

Yo te la vi vivir
de cuerpo entero.

El padre es incluso un ejemplo para morirse. El proceso, de esta manera, es una totalidad: lo compartimos todo con los seres amados: los recuerdos, los momentos gratos e ingratos, la diversión, el aburrimiento, espacios, tiempo, y también la muerte. Este tema también se constituye en un pretexto para evocar los recuerdos de la niñez.

La sección titulada “Gotas de ámbar” muestra un aspecto peculiar de la relación padre-hija, al enfocarse en los objetos cotidianos que conformaron el ámbito de dicha relación, así como los recuerdos más íntimos y entrañables. El proceso (liquidámbar) involucra, pues, todos los aspectos de la existencia, pero no sólo los que corresponden a la voz narrativa, al personaje evocado (el padre), sino al del espacio y el tiempo vitales que comparten y, con la conciencia de la muerte, se proyectan a cuestiones más trascendentales relacionados con el devenir de la humanidad y la conformación de la especie.3


Notas

1 “La presencia de insectos en ámbar fue notado por Plinio el Viejo en su Naturalis historia y lo condujo a la teoría de que, en algún momento, el ámbar tenía que estar en estado líquido para cubrir los cuerpos de los insectos”. Esta afirmación muestra el proceso descrito en el libro.

2 Las citas corresponden a la siguiente dirección electrónica: https://puroambar.es/. El único dato disponible es que se elaboró en España.

3 “El ámbar se ha constituido como una pieza fundamental para armar el rompecabezas de la vida y esto es debido a los pequeños organismos animal o vegetal que han quedado atrapados en su interior, el ámbar ha ayudado a los paleontólogos a reconstruir la vida en la Tierra en su fase primaria, y más de mil especies extintas de insectos se han identificado de esta manera”.


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