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Llevando Naranjas negras

Veselko Koroman Croacia


Si me mira a los ojos

Es digna, pienso, la llanura
frente a mí, cubierta de sombras
alargadas, de allá, de los cipreses lejanos,
por el cerro claro
de hace tanto.
No le es fácil, quizás, yacer
allá abajo, no sé desde cuándo, dando
a la hormiga, a mí, desinteresadamente como El Creador,
todo lo que aquí
necesitamos.
Y cuando le preguntan en la noche,
bañada de susurros: ¿quién es ella?,
no dirá: yo soy la llanura
desconocida, porque no es persona.
Como tú,
que lo eres y me asustas con eso.


Si fuéramos sin sentido

Desde el nacimiento, mis respiros,
debería entregarlos a la nada,
a la eternidad completa.
Lo que no haré y no puedo.
Porque no soy un lobo.


En silencio

Apenas la codorniz en la nieve
se cubre con sus alas o todavía más silenciosa,
baja sus párpados, esto estará escrito no sólo
en tu oído.
Y como no lo va a ser aquello que en el suelo,
al cielo entrega, con cincel más limpio
que el relámpago, sufrimiento, tristeza centelleante,
de noche y de día.
Por eso, en la soledad del sur y del norte,
vivo, alejado cuanto más puedo del lugar
en que estoy, no pienses, de ninguna manera,
que nadie oye tus suspiros.
Los escucha la luz, toda.


Aunque despierto

Y abierto a todo, lo más posible
ahora, en este día, sin embargo, no vienen
a mí de vez en cuando las voces de allá,
de detrás de los montes históricos.
Como ciervo asustado,
entonces aspiro, cincuenta y más veces,
el aire Mediterráneo, en un minuto. Temblando
por ustedes que se levantaron conmigo,
en el amanecer temprano, tiernos.


Jumb24

Tiempo de ceniza


Jumb28

Armando Parvool Nuño

Fotografía