Logo

Obras completas
en verso hasta acá (sobrevivientes)

Rolando Revagliatti Argentina


Quiero escribir

Papá
           quiero escribir
un libro lúbrico
                                 obtuso
                                                  alucinado
un libro que falte no escribir
el más atroz
más mal no escrito
ni siquiera
                      un poquito.


El fotógrafo cargado

El fotógrafo velado
retoma la boreal enyesada
él dice aurora como diría mediodía
como diría de noche moriría
resulta que la piensa tanto
el fotógrafo virado
que la compone y la desnuda
la aspira, la seca, la turba, la hiende
él es fotógrafo siempre
modestamente
lo aplaca la lluvia lo enardece
insiste con el violeta
                                          ¿vieron?
a todo se lo encaja
matón el insurgente
y miren que les tira datos, caramba

El fotógrafo cargado
se saca sobreexpuesto
artista inconsumado
de la nueva desfiguración.


Ojos

Te estoy mirando
sin miras de condescendencia
sin miramientos
enlodado en la lengua del sueño

me secuestro los pozos
ciegos los pezones de la madrugada.


Bolero mechado

A ver qué hacés con tanto sol, mostrame
que
no solamente una vez amé en la vida

¡Con lo que me gustaría estar en tus planes!
precisarme
en
       diría
                  la más precisa de las acepciones

Vos me definís (guion) definirías
si te pienso fallezco si te siento
si te cité será que clamo que viniste
ya que es así quedate para siempre
ganas de decirte que tengo que te quiero
ganas libres
                         la gana

Yo te bendigo atentamente
ven
         digo
                    a mí.


Rubia en movimiento

Aparece y desaparece
                                             rubia de verdad
te encuentra en su libreta
y llama por teléfono
                                          cuando ya la olvidaste

viene y no viene
es detenida pero se va
se deja retener huyendo
equidistante y cariñosa

te exige que la quieras
mientras la querés
te hace dudar
que es lo que precisa creer que advierte
para disparar
para arrancarse de vos
insostenible
                          tibia
                                     disgustada.


La musa merodeadora

Yo tan solo veinte años tenía
Enrique Cadícamo
Hablamos largamente en la plaza
de sus creencias, de mi incredulidad
a qué me dedicaba y qué quería ser
—un levante común el mío, sin sospechar—
y qué nombre le puso a su hijito y por dónde
vivía ella
de Nicolás Olivari,
más tarde entre polvo y polvo
lavándose

Yo tan solo veinte años tendría
y no aflojó
—mi segunda puta
aquella merodeadora del Once—:
le tuve que pagar.

Segunda edición en soporte electrónico. Ediciones Recitador Argentino. Buenos Aires, 2016.


Jumb15

De tripas corazón

Rubén Hernández


Jumb16

El instrumento del mal

Paulina García


Jumb17

Vísperas del 28 de enero

Luis Rico Chávez


Jumb18

The Doors

Raúl Caballero García


Jumb19

Luciana

Ana Romano